Todos convivimos con agentes contaminantes a través de los gases que emiten los vehículos, el humo de las industrias, los aerosoles, los ácaros de polvo, el polen, las esporas de moho, las bacterias y otros tantos agentes ambientales. Estos se encuentran en exteriores e interiores.
¡No te preocupes! que podemos combatir todos estos contaminantes con los filtros de aire, concretamente los filtros HEPA y ULPA.
Ambos filtros basan su eficacia en el uso de fibras trenzadas encargadas de cribar las partículas y dejar pasar solo el aire. Estos procesos de captación de las partículas pueden ser de distinto tipo:
- Captura por interceptación
- Impacto por inercia
- Captura por difusión o filtración
- Atracción electrostática
¿Y en qué se diferencian entonces los filtros HEPA y los ULPA? La diferencia principal que poseen estos dos filtros, a parte de su denominación, HEPA (High Efficiency Particle Air) y ULPA (Ultra Low Penetration Air), se centra en la capacidad de filtrar partículas de un tamaño u otro por parte de cada uno.
El 99 por ciento de las partículas que respiramos durante una exhalación miden 10 µm o menos, pudiendo quedar retenidas en los pulmones y provocar efectos negativos para el organismo. Cada uno de los dos filtros poseen la siguiente designación mínima y, por lo tanto, la clave de sus diferencias:
- HEPA (H13): 99,99% de eficiencia para la filtración de partículas de 0,3 micras de diámetro o mayores.
- ULPA (U15): 99,9995% de eficiencia para la filtración de partículas MMPS (0,1 – 0,25 micras).
Este tipo de filtros se encuentra presente en multitud de sectores, sus principales aplicaciones son:
- Hospitales (Salas quirúrgicas).
- Sistemas de ventilación y de seguridad nuclear.
- Salas blancas (Tanto en hospitales como laboratorios).
- Industrias de todo tipo.
- Uso doméstico en purificadores de aire.
Estos filtros cumplen, por tanto, un papel primordial en la buena salud de todos.